CARPE DIEM, una forma de vida.

Toda mi vida viví aceleradamente como si fuera mi último día. Posiblemente tuvo mucho que ver con esta conducta, el haber visto en una edad muy influenciable la película “La Sociedad de los Poetas Muertos”. Aunque pensándolo bien, cuando la vi ya tenía más de 20 años, con lo que concluyo que sólo llevó a un nivel consciente algo que ya se había despertado en mí cuando sufría la “odiosa adolescencia”.

No puedo dejar de olvidar lo que un joven Robin Williams quería inculcarles a sus alumnos. CARPE DIEM. Esta frase de Horacio que significa básicamente “aprovechar el momento” en el sentido de no malgastar el presente en detrimento del futuro.

A partir de ese momento, se inició una etapa de mi vida donde empecé a correr una loca carrera para tratar de vivir 1000 vidas en una. Cada día tenía que sentir que lo había disfrutado al máximo. Con cosas ingenuas, ya que no hubo grandes locuras contrariamente a lo que siempre pensaron mis padres. Pero a lo mejor, esas ansias de vivir los ponían un poco nerviosos. Jaja

 

 Demasiado tiempo para lograr mis metas.

Como contrapartida, y por querer hacer tantas cosas a la vez, no me enfoqué. Y así fue como cosas muy importantes de mi vida me llevaron aaaaaños, y cuando digo años son años.

Una pareja de 23 años a quien aún hoy le tengo mucho cariño pero con quien claramente no éramos afines.

Dos carreras universitarias que finalmente terminé con 45 años.

Un trabajo donde creí que iba a estar de paso y donde llevo ya más de 24 años and counting. ¿Por qué? Porque me aburguesé, dejé que la comodidad me ganara. En los tiempos que corren no se puede despreciar un trabajo que paga bien y tiene un horario cómodo. Aunque día a día te vaya matando por dentro.

En síntesis, mucho aturdimiento para llenar los vacíos existenciales que tenía en mi vida y las pérdidas que el transcurso de la vida trae aparejadas compensados por la estabilidad y la comodidad de una vida rutinaria y sin grandes propósitos.

A lo mejor en este momento estarás pensando pobre mujer, qué vida desgraciada tuvo. Nada más lejano.

 

Una familia increíble que me dio todo.

Tengo la suerte de tener una increíble familia llena de hermanos y con unos padres que si los hubiera tenido que elegir yo misma, no podría haberlo hecho mejor. Me dieron seguridad, todas las herramientas para que pudiera manejarme en la vida, me mimaron y me educaron.

También me hicieron un regalo que nunca voy a olvidar. Me llevaron a Europa por primera vez y después en una segunda oportunidad. Realmente me hicieron descubrir otro mundo. Con gran vergüenza debo decir que hasta ese momento, no conocía el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Un museo que tiene tesoros increíbles entre sus colecciones.

En fin… ese viaje fue un antes y después. Una parte de mí se tranquilizó y esos vacíos existenciales se fueron cubriendo con ese viaje iniciático por Toledo, Córdoba, Granada y Sevilla; Roma, Venecia y Florencia; Londres y París. Con cicerones de lujo, que a la vez que me presentaban esas increíbles ciudades, me hacían apreciar el arte y la arquitectura, y me contaban la historia de cada lugar.

Desde ese momento, sólo quise ahorrar plata y vacaciones para partir a conocer nuevos horizontes. Y no me fue tan mal. Se ve que con los años aprendí a optimizar mis tiempos y esto lo logré bastante más rápido que terminar mis carreras.

 

Mi presente: los tremendos 50. Amor y trascendencia.

En el presente soy feliz. Encontré un hombre con quien nos adoramos, nos divertimos y compartimos la pasión por viajar y aprender la historia y cultura de cada país que visitamos.

De todas maneras, todavía tengo cada tanto que frenar un poco el paso porque su ritmo es mucho más tranquilo que el mío, lo cual es una gran ventaja.

El tema es, que cuando cumplí 50 años, en diciembre del 2015 se produjo un nuevo movimiento en las placas tectónicas de mi ser y me di cuenta cabalmente que ya no me quedaba toda la vida.

En realidad, me quedaba con suerte y viviendo muy bien mucho menos de la mitad de los años vividos hasta entonces. Pero los números son los números y 50 da como la mitad de 100 y bueno, no pretendo que me entiendan.

Sentí que ya estaba en la cuesta descendente. Y por ese motivo quería hacer algo que me trascendiera, dentro de mis posibilidades.

Dice el refrán popular: Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.

En el 2015 lancé mi primer blog que empezó como un hobby llamado “Maxpippaviajes” en honor a mis dos perras bóxer: Máxima y Pippa.

 

Descubrimiento de mi sueño y mi misión.

Durante el primer año del blog, me di cuenta que quería otra cosa, algo más profesional y con una misión más elevada. No sólo escribir anécdotas sobre mis viajes y dar algunos consejos y sugerencias.

Quería un verdadero negocio online que con el tiempo me permitiera vivir de ello, sin horarios ni jefes. Y al mismo tiempo ayudar a otras personas para que cumplieran su sueño de viajar, compartiendo mis conocimientos para que lograran diseñar un viaje único e inolvidable. Todo ello en un futuro inmediato no en siglos.

Empecé a formarme con personas muy sólidas y dedicadas y que también tienen un sueño y un fin más alto que tener un negocio comercial. Aunque entendeme bien, también quiero que mi trabajo sea reconocido ya que de algo tengo que vivir.

¿Por qué quiero que la gente logre viajar? A lo mejor ya me escuchaste decirlo o lo leíste en alguna de mis notas, pero lo repito porque creo firmemente en eso.

Viajar nos hace mejores personas, nos alimenta el alma, baja los decibeles, llena de energía positiva. Y además es tan lindo…

Así que esta es la historia, palabras más o palabras menos de cómo empecé a vivir el primer día del resto de mi vida.

 

¿Y qué hay de tus sueños?

Tenés que esperar a los 50 para empezar a vivir la vida que realmente querés? Entiendo que da miedo, que muchos se opondrán, que no será fácil.

Y si no llegaste a los 50 o ya los pasaste da igual. Mientras tengas sueños y planes estás vivo.

Seguramente a mí se me ocurrirá alguna otra cosa para emprender a medida que pasen los años. No te olvides cómo empecé esta nota. “CARPE DIEM”.

Si decidís hacer un cambio de timón importante o decidís emprender alguna cosilla que te viene dando vueltas por la cabeza hace tiempo, quiero decirte que seguramente te va a dar miedo. Todos los cambios dan miedo. Pero una vez que empieces te vas a sentir inmensamente pleno.

¡Ojo! Requiere esfuerzo, las soluciones mágicas sólo existen en las novelas. Ya sea un viaje o un nuevo emprendimiento, tendrás que trabajar. Por eso, lo fundamental es que tengas bien en claro qué es lo que querés. Una vez definido tu propósito, te aseguro que nada te va a frenar. Te va a llevar más o menos tiempo, pero si realmente ponés tu corazón en ello, lo vas a conseguir.

 

Invitación y humilde consejo.

Te invito a acompañarme en esta nueva aventura “madura” y yo trataré de ayudarte en todo lo que pueda para que cumplas tu sueño.

Porque quiero que cuando mires atrás y reflexiones sobre tu vida, puedas sentirte contento por todo lo que lograste y orgulloso por salir airoso de las pruebas que tuviste que pasar. En definitiva quiero que te sientas feliz como me siento hoy yo.

Pero hacelo mejor que yo, no pierdas lo único que no podrás volver a recuperar: el tiempo.