Sentimientos a flor de piel.

Estuvimos en Berlín en junio de 2016.

Apenas llegué a la ciudad percibí el peso de la historia. Me acuerdo todavía hoy la emoción que sentí cuando se produjo la Caída del Muro, en el año 1989, y al año siguiente la reunificación de Alemania.

Y también me acuerdo cuando el año pasado, parada frente al Muro y sin previo aviso, no pude dejar de llorar pensando en los sufrimientos que atravesó el pueblo alemán, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

Siento que aún hoy se respira ese sufrimiento.

La ciudad es impecable, se levantó de sus ruinas, salvo las que fueron dejadas expresamente para recordar lo pasado, como la Kaiser Wilhelm Gedächtnis Kirche o el Topographie des Terror.

Pero… caminando por sus calles, sentí  que la gente andaba como autómata, en grandes espacios que me causaban una sensación de vacío. A lo mejor por no escuchar a chicos jugando o llorando, ni a perros ladrando.

Uno no puede evitar preguntarse mientras camina por la ciudad, de qué lado del Muro está. Para mí fue una sorpresa, entender que en realidad el Muro era como una especie de isla.

Después de la guerra, Alemania y Berlín quedaron divididas. Berlín Occidental en manos de los aliados, norteamericanos, ingleses y británicos, estaban dentro de una especie de corralito, dentro de la zona soviética. Del otro lado del muro, Berlín Oriental y el resto de Alemania Oriental.

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Muro de Berlín

 

Entendeme que este sentimiento es muy subjetivo, porque hay millones de personas que han viajado a Berlín y la sintieron totalmente distinta. Una ciudad pujante, llena de energía y entretenimientos.

 

Además de mis sentimientos…

Más allá de esta sensación, tuve la oportunidad de conocer muchos de sus museos y edificios que son realmente magníficos. Y debo decir que la gente en general es muy amigable con los viajeros.

Por otra parte, nos alojamos en un hotel, que más que un hotel es una leyenda. En frente a la Puerta de Brandemburgo y a metros de la Unter den Linden, el famoso Adlon. Pero esa es otra historia, que te invito a leer en este artículo.

 

 

Berlín es inmensa!! Motivo por el cual sugiero sacar el pase de los museos que incluye el transporte. Por 72 horas sale 44 Euros.

Si te interesa más información de la tarjeta de Berlín, seguí este link.

Te cuento los lugares que visitamos agrupados por zonas, porque como te dije la ciudad es enorme. De esta manera, tratamos de optimizar el tiempo para conocer lo máximo posible en los 3 días que estuvimos allí.

 

Día 1 

  • Isla de los Museos
  • Berliner Dom
  • Nikolaiviertel
  • Nikolai Kirche
  • Rotes Rathaus
  • Alexander Platz
  • Fernsehturm
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Nikolaiviertel

 

Isla de los museos (Museumsinsel)

Conocida como la Isla de los Museos de Berlín, por albergar uno de los conjuntos de museos más importantes del mundo, los cuales fueron construidos entre los años 1824 y 1930.

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Mosaico bizantino del Centauro

Durante la Segunda Guerra Mundial gran parte de los edificios de la isla quedaron terriblemente dañados y algunos han visto finalizadas sus reformas recientemente.

Te amplío la información de los Museos, con el precio individual de las entradas y con las colecciones que se exhiben en cada uno de ellos, en esta nota.

 

Berliner Dom

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Cúpula de la Catedral

A pasos de los museos, siempre en la isla de Spree, se alza la Catedral de Berlín.

En sus inicios albergaba la cripta de la familia Hohenzollern. Reformada en estilo neobarroco por Julius Raschdorff, sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente su cúpula de central de cobre de 98 metros. Fue restaurada en un estilo más sencillo y actualmente se puede subir para disfrutar de unas vistas muy lindas de la ciudad.

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Capilla de la Catedral

También está permitido visitar el panteón de los Hohenzollern con casi 100 féretros de cuatro siglos distintos.

Precio: 7 euros, incluye la cúpula, el museo y la cripta. Con la Berlin Card 4 Euros.
Horario: Lun – Sáb de 9 a 18 y Dom de 12 a 19

 

Nikolaiviertel

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Esta zona ubicada a orillas del río Spree, es el barrio más antiguo de Berlín. Muy agradable, con restaurantes y bares, lleno de movimiento. En él están las réplicas recientes de edificios históricos. Se trató de recrear un pueblo medieval.

Los principales lugares para visitar en este barrio son la Nikolaikirche, el Ephraim Palais y la Knoblauschhaus.

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Nikolaikirche

Es el el edificio más antiguo de Berlín, fue creada junto con la misma ciudad hace 800 años. Estuvo durante muchos años cerrado por reformadas, pero ahora se puede disfrutar por un módico precio.

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Tiene una exposición permanente «Desde los cimientos de la ciudad a la torre de dos agujas”. No dejen de ver la «Cripta de los Beyer», que permite bajar al nivel del suelo en la época de la fundación de la ciudad y pisar así la «estancia berlinesa» más antigua.

Dirección: Nikolaikirch Platz
Precio: 5 € y 3 € con la Berlin Card
Horario: Lunes a Domingo de 10 a 18

 

Rotes Rathaus

El Ayuntamiento de Berlín tiene su base en este edificio enorme de color ladrillo. El arquitecto se inspiró principalmente en los edificios civiles del Renacimiento italiano.

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Alexanderplatz

Es conocida por los berlineses como “Alex”  y fue bautizada con ese nombre en honor al zar Alejandro I, que visitó Berlín en 1805.

Pero esta plaza tiene una larga historia. En su inicio fue un mercado de ganado y lana y más tarde, se fueron edificando casas y negocios a su alrededor,  convirtiéndolo en un lugar de mucho movimiento. Durante la II Guerra Mundial, muchos de sus edificios fueron destruidos y se transformó en el centro de la Berlín Oriental en los tiempos comunistas.

 

Fernsehturm

Muy cerca de Alexanderplatz, se levanta la famosa torre de la televisión , que aparece junto con la Puerta de Brandemburgo y el Muro de Berlín, en la mayoría de las postales de la ciudad.

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Los berlineses la llaman “escarbadientes”, y sigue siendo la construcción más alta de la ciudad. La altura original de la torre era de 365 mts., pero pasó a ser de 368 mts. luego de la instalación de una nueva antena en los años 1990. Es actualmente el cuarto edificio más alto de Europa.

Los visitantes pueden llegar hasta la esfera de metal con una cubierta de acero, que está a  204 metros, por medio de dos ascensores que demoran 40 segundos. En ella, hay un mirador que permite en días despejados una visibilidad de 40 km y unos metros por encima del mirador, hay un restaurante giratorio, que gira a 360° cada media hora.

Primer día y ya agotados? Bueno, pero falta mucho más todavía. Pronto, se viene la parte II.